Código GTM

lunes, 2 de noviembre de 2009

Esperptentico viaje


Hoy me ha sucedido algo realmente extraño. He subido al autobús como todas las mañanas para ir a la universidad. He pagado y he entrado al fondo. Al principio no me había dado cuenta del detalle pero al poco de empezar el habitual camino; me percaté de que el conductor estaba boca abajo, conduciendo con sus pies descalzos. Ni si quiera me había dado cuenta de que me había dado el tiket con los pies. Me volví sorprendido para comentarlo con alguien que tuviera cerca en el autobús. Fue en ese momento cuando me dí cuenta de que la persona que tenía al lado también estaba boca a bajo. Y no solo esa, sino todo el autobús al completo estaba del revés. Todo el mundo descansaba el peso de su cuerpo sobre las manos o los codos flexionados, y mantenían sus piernas en alto.


Un par de personas que entraron nuevas, sin sorprenderse lo más mínimo, cuando pasaron al fondo adoptaron también la postura "inversa".

El viaje continuaba sin más cosas raras hasta que cuando quedaban unos minutos para llegar a mi parada, un anciano que tenía al lado me dijo: pero joven, usted que se cree, tiene usted muy poca vergüenza, ¡pongase ahora mismo del revés!.

Yo no sabía que responder, pero en un momento dos personas más del autobús me dijeron lo mismo, que si era un descarado, que si tal y tal. Cuando quedaba ya muy poco para bajarme, algo golpeó mi rostro. Había sido un pie furioso. Me habían dado una patada, y como si esa primera patada fuera la señal de inicio, los pies enfundados en zapatos y zapatillas que tenían a mi alrededor empezaron a golpearme furiosos mientras gritaban: cómo te atreves, te crees muy listo. Solo pude preguntar mientras me pegaban: por qué me pegan, a lo que alguna voz de anciano y de joven de vez encunado por encima de la paliza decía: porque hay que ponerse del revés al entrar en el autobús, no ves que todos lo hacen hazlo tu también. Eres el enemigo de los que tienen el derecho a ponerse del revés.


Así es como he llegado a la universidad sangrado por varios puntos de la cara, y como no quería contarselo a nadie porque no me creerían, he preferido escribirlo en el blog. Lo más seguro es que a la vuelta coja una bici o algo así...

No hay comentarios: